sábado, 5 de febrero de 2011

Pacarito Lorenzo

Dicen los que saben que los loros comienzan a hablar a los ocho meses. He sido testigo de ver y escuchar a un loro imitar el maullido de un gato, el ladrido de un perro y también llamarlo por su nombre, el canto de un gallo y aunque  no se pueda creer, cantar el Arroz con Leche.
Un chiste viejo de loros pero gracioso es el que cuenta que hubo una época en Argentina que estaba prohibido todo lo que tuviera que ver con el Peronismo, no se podía nombrar a nadie que hubiese tenido algo que ver con Perón o Evita.  Los Argentinos debieron guardar o esconder  cualquier cosa que los comprometiera. Así fue como debieron esconder a un loro, al que le habían enseñado la marcha peronista,  y no se les ocurrió mejor idea que encerrarlo en el gallinero.
Todo iba muy bien para el loro hasta que a la mañana el gallo, ni bien aclaró, comenzó a servir, una por una a todas las gallinas, hasta que le tocó el turno al loro... Sorprendido por la actitud del gallo, se paró frente a el y esgrimiendo su defensa,  le dijo: -Momentito!!! que a mi me han traido por política y no por puto.

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